Las brujas

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Estamos en el famoso “mes de las brujas” y no podía dejar pasar la oportunidad de rescatar en mis letras la relación que hay entre la brujería y el arte.

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A lo largo de los años, hablando precisamente de esta historia, y lo que tiene que ver con el cristianismo y satanismo, la brujería se hizo presente a finales de la edad media.

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Varios artistas dieron vida a enigmáticas obras en donde las brujas eran las protagonistas, uno de ellos fue Francisco de Goya. Todo lo que conlleva al conocer la realidad de la brujería y satanismo es un poco difícil de digerir, ya que se encuentran datos espeluznantes y actividades que se realizaban como culto para adoración y magia negra.

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Desde sexo con demonios, hasta matar niños y ofrendarlos, el arte está siempre presente en cada época de nuestro mundo y aquí definitivamente no podía faltar.

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Cuadros como Brujas yendo al Sabbath (Luis Ricardo Falero, 1878) o El aquelarre (Francisco de Goya, 1798) son sin duda alguna obras maestras, pinturas en donde se muestran la realidad y nexo entre la mujer y el demonio, ejemplos de ésta relación y la tierra. Misteriosas y algo terroríficas.

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Pero algo que me llama la atención es el por qué a estos pintores les interesaba plasmar este tema con su creatividad. Goya por ejemplo estuvo relacionado con un grupo de ilustres de la “villa y corte” en donde entabló una amistad con Leandro Fernández de Moratín el cual empezó la edición en la última década del siglo XIII de la relación del proceso de las brujas de Zugarramurdi. Es aquí donde la brujería comienza a influir en Goya para sus próximos trabajos.

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Y donde expresa más que nada una visión cruda y real de lo que significa, con un verdadero terror, no como algo que puede pasar desapercibido.

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Debe haber muchas historias contadas y no contadas con respecto a todo esto, en lo personal me atraen estos temas pero sobre todo el poder encontrar esa pizca de arte en ellos. Como es que hay gran importancia en esa relación entre hechos históricos, y además un poco de magia.